Este es un sistema efectivo, para conseguir una hierba de calidad dentro de un régimen geográfico, muy diferente del habitual de las plantas de cannabis (normalmente es una planta ubicada en zonas de húmedas). La cantidad que se consigue al final pesa mucho más de lo normal y resuelve una serie de inconvenientes que surgen en las plantaciones normales: regado, calor, ramaje, viento, peligro de que descubran la planta, etc.
Las plantas que se intenta conseguir por medio de este procedimiento distan bastante de las típicas de regadío. Dichas plantas son muy pequeñas, su altura oscila entre los 40 y los 80 cm de altura.
Con este sistema disminuye mucho la productividad por planta si se compara con una planta normal, pero no se reduce tanto, si se atiende a la media cantidad/espacio ocupado.Las plantas, en su aspecto final, son como las puntas de las plantas grandes, se ven muy llenas de cogollos y hay plantas que llegan a ser todas ellas cogollos.
En la mayoría de las plantas de regadío grandes, la parte inferior de éstas, es improductiva, con ramas muy largas que concentran su cogollo en la punta, dejando un espacio de rama sin cogollos. Esto no ocurre con este sistema, ya que las ramas inferiores producen tanta hierba como las superiores, todas ellas quedan repletas de cogollos de manera general. Con este sistema no hay pérdida ni desperdicio en el resultado final de las plantas.
Y otro aspecto a resaltar, es el modo de cogollación de este sistema, al producir una cantidad mucho menor de hojas, la maduración de cogollo se acelera mucho más de lo normal y los cogollos, quedan libres casi por completo de toda hoja, de un modo espectacular ( por lo que la calidad del sabor aumenta considerablemente). Por contrapartida, al ocupar estas plantas mucho menos espacio, se puede aumentar el número de plantas de modo bastante considerable.
Esto es beneficioso para el agricultor-usuario, ya que de este modo puede plantar muchas más plantas, por lo que puede dar entrada en su plantación a una mayor cantidad de variedades. Así se evita el agobio de tener que usar todo el año el mismo tipo de cannabis.
Con la misma felicidad que un cultivador cuida diez plantas normales, se pueden cultivar cien con este sistema con lo que la cantidad de experimentación (mezcla de variedades, injertos, utilización de diversos tipos de poda, etc) se multiplica por diez.
Utilizando este sistema, en un año y sin tener que hacer una gran plantación, si se dispone de una gran variedad de semillas, se puede conseguir una producción aceptable(en cuanto cantidad) de una marihuana excelente y con una excepcional variedad de clases de cannabis.
la mineralización y abonado de la tierra se hará atendiendo a unas premisas:
"máxima" floración y "mínima" altura.
Por lo tanto, no se aplicarán abonos que contengan un tanto por ciento demasiado alto de nitrógeno, ya que esto haría verdear demasiado la planta y se nos descontrolaría la altura y pasaríamos a ser victimas del agua( ocurre porque la planta alarga más el brazo que la manga la planta tiene un tanto por ciento de agua demasiado elevado en sus fibras).
Se utilizarán abonos ricos en fósforo y potasio que ayudarán a la planta a aumentar su floración. Es muy bueno realizar una mezcla de estiércoles y removerlo juntamente con una tierra fertilizada en la época de invierno, para plantar unos meses más tarde en primavera.
La tierra en ningún caso tiene que ser rica en arcilla, ya que a las plantas de cannabis los terrenos arcillosos no les van nada bien, acostumbran a pudrirse bastante las raíces.
Las plantas tienen que plantarse con un par de meses de anterioridad con respecto al método tradicional, así se consigue que se desarrollen poco a poco y que se vayan endureciendo y fribrando, a la vez, costándoles mucho más crecer.
Llegando el período de máximo crecimiento (entre el 100 de julio el 20 de agosto al estar la planta tan endurecida, le es mucho más difícil estirarse consiguiéndose unas ramas cortas pero con una floración excepcional.
Una de las prioridades que se ha de atender es que la planta no quede "enganchada" al agua y a causa de ello desarrolle una cantidad demasiado importante de hojas. Ello nos obligaría en un futuro a regar muy copiosa y frecuentemente y todo ello aceleraría un desarrollo exagerado de la planta (que después no resistiría una disminución del ritmo de riego).
Una de las cosas que conviene hacer es poner un plástico( a ser posible de color negro) en el suelo para así reducir la evaporación del agua (plásticos de 50 por 50cm) y así poder establecer un ritmo de riego más espaciado y no viciar a la planta con un riego frecuente.
El plástico se tiene que poner en la planta al cabo de un mes, para hacerlo se realizará una cruz en el centro del plástico con un cúter y se procederá a pasar la planta por el agujero.
Después cubriremos el plástico con un par de dedos de tierra, para que realice bien su misión: retener la humedad de la tierra.
El ritmo de riego tiene que ser bastante constante, al menos durante la etapa de mayor crecimiento. Este será siempre proporcionado, levantado cada vez el plástico para permitir el riego de toda la planta.
Al principio, será bastante bajo (una vez cada 15 días), para ir aumentándolo gradualmente hasta julio, cuando el ritmo de riego será más o menos de una vez por semana y en el período de máximo desarrollo de la planta( julio y agosto), el ritmo llegará a ser de una vez cada cinco días.
En las zonas sombrías o donde la cantidad de la luz es menos abundante, la cantidad de machos se dispara. En las zonas con poca luz la proporción macho-hembras se decantará de lado de los machos. Será importante situar la plantación en un lugar convenientemente soleado.
El sistema de plantas de secano o enanas es ideal para dos tipos de zonas: el secano y las zonas donde el viento adquiere importancia. En estas dos zonas es ideal por los siguientes motivos:
En el secano el nivel de agua un el aire es muy bajo por lo que las plantas transpiran mucho, y a causa de ello pierden mucha agua. Con las plantas pequeñas y con un ciclo de regadío lento se consigue que las plantas desarrolle menos hojas( desarrolla unas hojas más estilizadas, pero más gruesas y duraderas que las de regadío) y más pequeñas, por lo que transpiración es menor.
De este modo la falta de riego no repercute tan directamente e intensamente en la planta como lo haría si ésta estuviese acostumbrada a un riego generoso y frecuente.
En zonas donde el viento es frecuente las plantas de cannabis se destrozan mucho, ya que una planta puede alcanzar en una situación favorable, en siete meses, los tres metros. En tan corto espacio de tiempo, las plantas no han podido adquirir la suficiente consistencia como para no romperse con los ataques de viento un poco fuerte.
Si las plantas se reducen de altura de modo natural, resisten mucho mejor el viento y al ser las ramas mucho más cortas de lo normal(40cm de media), aguantan mucho mejor el peso de los cogollos.
Con las plantas pequeñas ocurre que al ser menos densas en follaje el sol llega mejor a toda la planta y se consigue una floración más uniforme que con los sistemas tradicionales( en los que se produce un desfase entre la maduración de los cogollos del interior y los del exterior de la planta).
Con un sistema de regadío abundante y una utilización alta de nitrógeno en unas plantas situadas en un lugar poco soleado, suele ocurrir que la planta se desarrolle a gran velocidad en los meses de julio y agosto y al llegar septiembre y octubre, cuando se reducen considerablemente las horas de luz solar, la planta iniciará a madurar sus cogollos.
Con la llegada del mal tiempo, las lluvias y nieblas( que en algunos lugares son persistentes) el cogollo absorbe mucha agua( ya que aún está muy verde y tierno o poco fibrado) y se empieza a podrir, con lo que empieza a menguar la cantidad de hierba, sin que ésta, aún esté lo suficientemente madura para se recolección (el cogollo posee aún demasiadas hojitas en medio).
Otro factor que soluciona bastante bien este tipo de plantación, es la problemática en que nos encontramos al intentar disimular y esconder las plantas: las plantas de dos o tres metros son gigantes, son monstruos que se ven a gran distancia, y que son casi imposibles de esconder sino es por características excepcionales del terreno.
Con este modo de cultivo el problema de disimular la plantación se soluciona bastante bien, ya que nuestra matas no se elevan por encima de las otras plantas del terreno, vienen a parecerse a los romeros y por poco accidentado que sea el terreno, éstas quedan escondidas por sí solas.
Las plantas se confunden con el resto del entorno típico(arbustos).
Con este sistema, incluso en los lugares donde el fuego lo arrasó todo, se puede plantar cannabis, sin que se note demasiado su presencia. A estas plantas se las definiría con el adjetivo:"discretas".Variando un poco este sistema: incrementando el riego, plantando un poco más tarde y utilizando nitrógeno( al ser demasiado fuerte hace que la planta no pare de crecer) se consiguen también plantas bastante reducidas pero no tanto como las de secano; estas plantas sobrepasan el metro, son mucho más tupidas y tiernas y con las ramas un poco más largas.
Este modelo produce una cantidad mayor de cannabis que el modelo de secano sin que la calidad se deprecie mucho.
Nos asegura una buena cantidad de cannabis, la necesaria para poder fumar a lo largo de todo el año. Es un sistema interesante( en lo que hace relación a cantidad/calidad) para poder producir una cantidad considerable, con poco esfuerzo y sin que se devalúe la calidad.
Son muy interesantes lo resultados obtenidos con especímenes de cannabis africana, ya que responden muy bien a este modo de cultivo siendo la producción muy abundante y más sorprendente de lo que cabe esperar.
buena información pero es demasiada .
ResponderEliminar